‘Espero que mi esposo me deje ir a la iglesia’: la tensión entre la tradición y la libertad religiosa para las mujeres en la comunidad de Narikuravar

Todas las mañanas, después de terminar sus tareas domésticas, Deepa*, de 17 años, entra en un pequeño edificio con techo de paja en Mappedu, Chennai. Aquí es donde los cristianos pertenecientes a la comunidad indígena Narikuravar en Mappedu se han reunido para reuniones de oración y servicios dominicales durante más de una década.

Deepa ha estado asistiendo a estas reuniones desde que era una niña. Le encantaba aprender versículos de la Biblia, compartir su testimonio y cantar en la iglesia. Pero había un precio enorme a pagar. Hasta el día de hoy, ha enfrentado una gran oposición por parte de sus padres, hasta el punto de que ha sido agredida físicamente porque continúa asistiendo a la iglesia.

Deepa le dijo a CSW: ‘Mis padres solían regañarme y agredirme fisicamente desde que comencé a ir a la iglesia, pero aun así iba. Teníamos peleas en casa todos los días. Me maldecían, me amenazaban con terribles consecuencias y me golpeaban. Simplemente abría mi corazón a Dios y seguía orando. Cuando les dije que me iba a bautizar, se enfurecieron. Ahora he decidido esperar un poco más para bautizarme’.

La principal preocupación de los padres de Deepa es que participar en la iglesia la llevaría a casarse fuera de su comunidad. Deepa dijo: ‘Hablan mal de la iglesia y el pastor. Dicen que me descarriaré si voy a la iglesia’.

Las niñas en la comunidad de Narikuravar generalmente se casan a la edad de 13 o 14 años, pero el Pastor de Deepa ha alentado a las jóvenes en la iglesia a defender su derecho a casarse hasta que cumplan la mayoría de edad a los 18 años. Esta es otra razón por la cual a los padres de Deepa no les gusta que vaya a la iglesia. Es por ello que Deepa comento, ‘Me casaré dentro de unos años. Espero que mi esposo me deje ir a la iglesia’.

Las mujeres de la comunidad Narikuravar enfrentan discriminación y opresión. Muchos de los que vienen a la iglesia aquí afirman que finalmente han encontrado paz y un lugar seguro para desahogar sus frustraciones y tener esperanza. Deepa dice que también la ha cambiado como persona. ‘Solía decir malas palabras, peleaba con la gente y chismeaba, pero ahora no hago ninguna de estas cosas. Hay muchos cambios en mí, pero nadie en mi familia ve lo bueno’.

Sindhu* es una mujer de 24 años que también asiste a la iglesia desde que era niña. Hoy tiene dos hijos y dice que su esposo se opone a que vaya a la iglesia.

Sindhu tuvo que abandonar la escuela a los 13 años. Es una práctica común dentro de la comunidad de Narikuravar obligar a las niñas a abandonar la escuela una vez que llegan a la pubertad y que sus padres las casen rápidamente para evitar que abandonen la comunidad con otro hombre.

Esto es exactamente lo que le sucedió a Sindhu, y después de su boda a los 15 años, su esposo comenzó a exigirle que dejara de ir a la iglesia. Ella le dijo a CSW: ‘Mi esposo llega borracho a casa todos los días. No está contento con que yo vaya a la iglesia y me hace la vida imposible por eso. Soy como un robot en casa. Tengo que seguir ciegamente sus órdenes y hacer lo que me diga que haga, de lo contrario, me golpeará’.

Esta iglesia ha sido un lugar de refugio, seguridad y paz. Aquí es donde entendimos lo que significa el amor. Fuera de estos muros, todo lo que conocemos es opresión, pobreza y odio. Los esposos son felices cuando las esposas los apoyan en todo lo que hacen, incluso en sus malos hábitos como beber. Pero como las que vienen a la iglesia no apoyan la bebida de sus maridos, ellos están en contra.

Un líder de una iglesia cristiana que ha estado sirviendo a la comunidad durante más de una década nos dijo que su ministerio se ha vuelto mucho más difícil en los últimos años. Él dijo: ‘Todo lo que hago es observado. Debo tener mucho cuidado con cada movimiento. Ya estoy enfrentando mucha oposición dentro de la comunidad por parte de los no cristianos. Dicen que yo soy la razón por la que todos los miembros de su familia se apartan de sus caminos. Por ejemplo, organicé clases de sastrería para las mujeres aquí para que puedan ganar algo de dinero y ser autosuficientes. Pero los hombres están totalmente en contra, diciendo que, debido a esto, están dejando su práctica tradicional de fabricación de cuentas y que el arte desaparecerá pronto. Los padres también están muy preocupados de que los niños abandonen su cultura y se descarríen. Dicen que los estoy malcriando. Han estado amenazando con cerrar la iglesia y entregarme a la policía’.

Agregó que los padres de la comunidad lo han acusado de descarriar a sus hijos. ‘Deepa, por ejemplo, se comprometió a los 15. Estaba a punto de casarse al año siguiente. Pero aquí en la iglesia, he alentado a las niñas a que se casen cuando tengan la mayoría de edad (18). Así que ha sido muy difícil para ella por el hecho de que no se casará antes de eso. Ahora los padres me culpan de que estoy malcriando a los niños [sic]. Cuando tratamos de luchar por los Derechos de las niñas, hay mucha oposición y tratan de perjudicar indirectamente a la iglesia’.

La iglesia ha sido fundamental en la creación de una atmósfera de unidad, paz y libertad para los que asisten. Pero para los ancianos dentro de la comunidad, existe un miedo profundamente arraigado al cambio, a perder su identidad si la generación más joven se vuelve al cristianismo, y esto respalda su oposición al mismo. Sin embargo, si bien existe la necesidad de preservar su cultura y herencia, se debe defender el derecho a la libertad de religión o de creencias de las personas dentro de la comunidad.

Por el Departamento de India de CSW

*Nota del editor: Todos los nombres han sido cambiados por razones de seguridad.