Muchos cristianos de la zona centro-norte de Colombia, que abarca las regiones vecinas de Magdalena y Cesar, están nerviosos tras el asesinato de dos líderes religiosos en el espacio de solo dos semanas. El 29 de diciembre, una familia entera de cuatro personas, el pastor Marlon Lora, su esposa Yurlay y sus hijos adultos Ángela y Santiago, fue asesinada a tiros tras un servicio religioso dominical por la mañana en la Iglesia Bíblica Misionera en el barrio de Villa Paraguay de Aguachica, departamento de Cesar.
En la tarde del 8 de enero, Iván García, un líder religioso de 28 años esposo de una pastora, falleció tras recibir seis disparos, tras salir de un servicio religioso. En ambos casos, los asesinatos fueron llevados a cabo por sicarios enmascarados que iban en motocicletas.
El Sr Ivan García fue seguido por los sicarios cuando caminaba hacia su casa por un camino rural oscuro con su hijastra de 14 años y otras seis personas después de una celebración espiritual en la Iglesia Visión Cristiana del Pueblo de Dios, donde su esposa, la Pastora Karen Nierles, había sido invitada a dirigir un estudio bíblico. La pastora Nierles dirige la Iglesia Nuevo Renacimiento en Cristo en la comunidad de Garital, en la Zona de Cultivo de Banano, en Magdalena. Según los testigos, después de recibir el disparo, el joven predicador cayó de rodillas y levantó las manos en agradecimiento a Dios. Los sicarios se marcharon del lugar sin decir palabra.
La Pastora Nierles, llevaba seis meses casada con el Sr García, ella dijo a CSW que el entusiasmo de García fue uno de los factores clave para el rápido crecimiento de su pequeña congregación, que en poco tiempo pasó de siete a 30 miembros comprometidos. La iglesia, un humilde santuario hecho de toscas tablas de madera y tierra, desempeñaba un papel importante en su comunidad rural. La Pastora Nierles dijo a CSW que, ‘…mi esposo murió amando a la iglesia, si faltaba un bombillo, él lo conseguía, si alguien necesitaba algo, Iván siempre estaba dispuesto a ayudar. Él, junto con hermanos de la iglesia, estaban arreglando el piso’.
Un mes antes del asesinato, la pareja corrió a su casa después de escuchar dos disparos cuando salían del lugar de trabajo de Iván. Sin embargo, ninguno de los dos pensó que pudiera ser una advertencia directa dirigida a ellos, dijo a CSW el Pastor Yimys Peñalosa, Presidente de la Iglesia de Avivamiento y Fuego para las Naciones, denominación Bajo Su Gloria, a la que pertenece la iglesia en Garital.
El Pastor Peñalosa también dijo que, aunque Iván García expresó su fe cristiana públicamente hace ocho meses, había recibido enseñanzas de la Biblia desde niño. ‘Aunque su reencuentro con Cristo fue hace relativamente poco tiempo, estaba dando frutos admirables de su amor por el Señor. Su dedicación para ayudar a los hermanos de la iglesia y la comunidad lo llevó a ser llamado “Pastor”. Yo también lo consideré Pastor y lo ungí como tal’.
La Pastora Nierles dijo que, aunque su esposo era un ex miembro de un grupo delictivo, nunca le había mencionado haber recibido amenazas o advertencias. ‘Hace un par de días me dijo que no tenía miedo de enseñar la Biblia, que su vida era nueva, me dijo [recitó el versículo] “Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”’.
Mientras tanto, el 30 de diciembre un grupo de 19 pastores evangélicos en la zona sur del Departamento de Cesar, Colombia, presentaron una denuncia en la ciudad de Aguachica por amenazas de muerte dirigidas a las esposas de pastores de la ciudad hechas a través de una llamada telefónica a una pastora de la región. Esto tuvo lugar el día después de que la familia del Pastor Lora Rincón fuera asesinada en un restaurante después de un servicio religioso dominical.

En la denuncia, los líderes religiosos dijeron a la institución pública que la llamada telefónica amenazando a las esposas de los pastores de Aguachica fue hecha por un hombre desconocido que no pidió dinero y no dio nombres ni otros detalles específicos sobre las mujeres amenazadas. Según fuentes de CSW, la pastora que recibió la llamada también había sido citada por teléfono a un lugar físico por desconocidos que le hablaron de manera despectiva. Su esposo, que también es Pastor de una iglesia con más de 100 miembros, también recibió una llamada telefónica que le ordenó presentarse en un lugar específico en Aguachica el 3 de enero por un hombre que no se identificó. Ninguno de los dos obedeció las órdenes; ambos cambiaron sus tarjetas SIM y huyeron de la ciudad para escapar de las amenazas. Según funcionarios de los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA), las llamadas se produjeron desde el interior de una prisión.
En segundo lugar, en la denuncia, los pastores señalaron que a las 10 de la mañana del mismo día de la masacre, un individuo de la Iglesia Evangélica Cuadrangular ‘Cristo Fuente de Vida’ se encontraba haciendo preguntas sobre varias congregaciones del Municipio de Aguachica. Tomó fotografías del exterior de la iglesia y luego entró violentamente a la misma donde continuó tomando fotografías. Después de eso, se subió a un automóvil y se fue.
Finalmente, en el documento, Los líderes de la iglesia mencionaron que una persona identificada como Jeorge Lenum Baleth Romero realizó amenazas directas vía Facebook a la integridad física de varios líderes religiosos en Aguachica.
Otro Pastor dijo a CSW que su familia había huido de Aguachica por la tensión y el miedo que le generaron las palabras de un hombre que se les acercó durante el funeral de la familia Lora Rincón: ‘Qué ironía, pastor, usted sigue’.
Al menos seis pastores de iglesias de más de 100 miembros han recibido personalmente llamadas amenazándolos y/o extorsionándolos. Otros han aprovechado la temporada de vacaciones para salir y cuidarse de la violencia psicológica que se está extendiendo en Aguachica. Por miedo, muchos de ellos no han hablado públicamente al respecto, ni han presentado denuncias. Las hijas de un pastor le pidieron que renunciara por los riesgos que corre, pero, al igual que otros líderes religiosos, no sabe qué hacer por la responsabilidad de cuidar a su congregación y ahora se sienten perdidos. ‘La mayoría de los pastores están fuera de Aguachica en este momento. No sabemos cuántos se han ido por amenazas personales o para protegerse, pero el ambiente es muy tenso. Tenemos miedo de caminar por las calles’, dijo un pastor.
Otro líder lloraba mientras le contaba a CSW: ‘Nadie espera que este tipo de cosas pasen… es complejo, hay un poco de miedo, dolor… Uno está acostumbrado a dar ánimos a los demás y ayudar a la gente, pero ahora somos nosotros los que nos sentimos impotentes y temerosos por nuestras familias… Salimos a las calles con miedo… Por favor, no nos dejen solos; hoy, cada palabra de apoyo significa mucho’.
El domingo 5 de enero, después de un estudio bíblico, un pastor fue insultado verbalmente por un asistente que se sintió maltratado por el contenido de la predicación. El hombre criticó agresivamente y advirtió al pastor que debía tener cuidado con lo que decía o podría encontrarse viviendo una tragedia. El pastor abandonó temporalmente la región.
‘Algunas personas no simpatizan con los pastores y se están aprovechando de la situación para hacer daño. ‘Predicar la Palabra es ofensivo para muchos, ya que abordamos temas de la región que desagradan tanto a los presos, que gobiernan desde las cárceles, como a los grupos armados que operan en la zona’, dijo una fuente a CSW.
Tras el asesinato de la familia Lora Rincón, la asistencia a los servicios espirituales regulares en las iglesias ha disminuido. Los pastores dijeron a CSW que la gente sigue rezando en sus casas, pero temen que se produzcan más asesinatos. En particular, los miembros de la Iglesia Bíblica Misionera del barrio Villa Paraguay, donde Marlon y su esposa eran pastores, no se reunieron para celebrar el Año Nuevo, como es su costumbre. Además de la tristeza por la pérdida de sus líderes, también se sintieron inseguros, por lo que muchos prefirieron reunirse en sus casas.
A pesar de la inseguridad, el número de feligreses de la iglesia de Villa Paraguay creció significativamente en 2024, llegando a tener hasta 150 asistentes a los servicios dominicales. Esto ocurrió a pesar de que el barrio, ubicado en las afueras de Aguachica, está cerca de las montañas donde operan grupos criminales armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el grupo criminal Los Pelusos y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se escindieron después del acuerdo de paz de 2016. ‘El crecimiento de las iglesias, así como su influencia en las comunidades, es algo que afecta a los grupos criminales. La gente se arrepiente de sus pecados y no quiere seguir cometiendo delitos y a los malos esto no les gusta’, dijo un pastor.
En medio del dolor y la incertidumbre, los ministros religiosos solicitaron que el Gobierno implemente un esquema especial de seguridad para los líderes religiosos, evitando el protocolo y las demoras habituales. ‘Hay una urgencia clara, y si la protección colectiva llega en tres meses, muchos de nosotros ya no estaremos vivos’, advirtió un Pastor.
Por la oficina de Colombia de CSW