Ningún derecho humano fundamental existe aisladamente. Hay superposiciones y enlaces significativos entre todos los derechos humanos, por ejemplo, los relacionados con la libertad de religión o creencia (LdRC), la libertad de expresión, y la libertad de asamblea. Estos tres derechos se ubican juntos en los Artículos 18, 19 y 20 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Durante el año pasado, y sobre todo en meses recientes, estos derechos relacionados entre sí han sido crecientemente atacados en Cuba, durante manifestaciones pacíficas de miembros de la sociedad civil independiente, como artistas y periodistas que además se identifican con una religión o creencia en particular. Estos grupos se mantiene protestando de diferentes maneras hasta el día de hoy, solicitando reformas legales y políticas, sobre todo en contra del Decreto Legal 370 y el Decreto Legal 349.
El Decreto Legal 349 entró en vigor en el 2018 y otorgó al gobierno control extensivo sobre toda forma de expresión artística en la isla, especificando incluso que cualquier actividad artística tendrá que ser aprobado por adelantado por el Ministerio de Cultura. Inmediatamente, muchos ciudadanos cubanos expresaron preocupaciones por que la ley esencialmente apagaría la libertad de expresión en Cuba, si solamente se permitiera la existencia del arte que haya sido aprobado por el gobierno. En el mismo año un grupo de artistas, periodistas y académicos se unieron para formar el Movimiento San Isidro para protestar de manera pacífica y creativa ante la censura oficial de la expresión artística en la isla.
Un año después, el gobierno dio un paso más allá, promulgando el Decreto Legal 370. Esta ley le otorga al gobierno el derecho de multar a ciudadanos por publicar contento en redes sociales que el gobierno pudiera interpretar como una crítica de sus acciones o de cualquier situación en el país.
Se hizo claro que en vez de escuchar y responder a las preocupaciones del Movimiento San Isidro sobre el Decreto Legal 349, el gobierno estaba duplicando e intentado de extender su vigilancia y control sobre las opiniones personales de ciudadanos individuales.
Por su parte los miembros de las comunidades artísticas, periodísticas y académicas se negaron a ceder y en contraste subieron las apuestas, continuando las denuncias a las violaciones de distintos derechos humanos, incluyendo violaciones de la LdRC, al mismo tiempo que mantuvieron sus protestas creativas y pacíficas.
El lanzamiento de una canción por parte de un grupo de raperos y artistas de hip-hop cubanos que viven tanto dentro como fuera de la isla ‘Patria y Vida’ (un juego de palabras sobre uno de los “slogans” preferidos de Fidel y Raul Castro – ‘Patria o Muerte’), acompañada de un video explosivo, que hace una llamada directa para cambios sociales y políticos, fue un detonante significativo.
El gobierno cubano, que nunca se aleja de una pelea, se ha enfrentado a estas protestas pacíficas con amenazas, violencia y detenciones arbitrarias.
Tres casos recientes iluminan esta respuesta represiva, e ilustran como el gobierno cubano entiende y teme bien la intersección especifica entre la LdRC y la libertad de expresión.
Yoel Suárez, un periodista galardonado y respetado y además un cristiano evangélico, quien frecuentemente escribe sobre temas relacionadas con la LdRC en Cuba, ha enfrentado hostigamiento constante por parte del gobierno cubano en los último dos años. Hasta el día de hoy tiene prohibido viajar fuera de Cuba, y durante el año pasado fue citado de manera arbitraria para varios interrogatorios, por parte de la Seguridad del Estado.

Incluso tanto su madre como su esposa han sido citadas, interrogadas y amenazadas con la pérdida de sus trabajos, y sujetas a la presión de ‘influenciar’ al Sr. Suárez, para convencerlo de abstenerse al desarrollo de su trabajo periodístico, específicamente a aquellas publicaciones que le dan cobertura a casos de violaciones de la LdRC. El gobierno incluso ha ido más allá y le ha amenazado con quitarle a él y a su esposa la custodia de su propio hijo de tres años.
Luis Manuel Otero Alcántara, un artista y líder en el Movimiento San Isidro, ha protestado en varias ocasiones de manera pacífica, en contra de las constantes violaciones por parte del gobierno a la libertad de expresión. Como represalia ha sido arrestado en docenas de veces durante los últimos tres años. En Abril el activista comenzó una huelga de hambre como protesta de estas acciones injustas. El 27 del mismo mes, la policías y miembros de la Seguridad del Estado cubano impidieron por la fuerza, a un sacerdote católico y a un líder laico que visitaran a Otero Alcántara para brindarle atención espiritual. Lo mismo hicieron el 2 de Mayo pasado con un grupo de seis cristianos protestantes, incluyendo a Yoel Suárez, quienes solo buscaban ofrecerle apoyo espiritual al artista, violando de esa manera su derecho y el de ellos a la LdRC.[1]
Maykel Osorbo, un rapero cubano radicado en La Habana, fue uno de los artistas involucrado en Patria y Vida. Tras el lanzamiento de la canción, el Sr. Osorbo ha sido amenazado y detenido de manera arbitrario por las autoridades cubanos en repetidas ocasiones.
En el 12 de Abril, fue golpeado por individuos que dijeron ser parte de la religión Abakuá, una sociedad secreta afrocubana con siglos de antigüedad en la Isla, cuyos miembros creen guardar creencias religiosas sagradas y que tiene raíces en África Occidental. Agentes de la Seguridad del Estado no solo presenciaron el ataque al Sr. Osorbo, que ocurrió en medio del día en una vía pública, sino que se quedaron al margen y grabaron la golpiza, que dejó al señor Osorbo con la nariz rota.
El día siguiente, en una grabación de video publicado en el internet por parte de un miembro de la denominación Abakuá, rompió el secreto y se delató con la intención de identificarse públicamente como miembro de la sociedad Abakúa y declarar que ningún miembro de esta religión había tenido parte en el ataque al Sr. Osorbo. Por el contrario, hizo saber que un par de miembros de la denominación Abakuá son partes del Movimiento San Isidro y que también habían sido detenidos arbitrariamente.
El ataque al Sr. Osorbo ha levantado la preocupación de que agentes de la Seguridad del Estado están haciéndose pasar por miembros de la agrupación Abakuá, para hacer actos de violencia. Al hacer esto, el gobierno busca desprestigiar a esta sociedad secreta, al mismo tiempo que trata de encubrir la intervención propia del gobierno en actos de violencia en contra de ciudadanos cubanos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha solicitado de manera individual ‘medidas precaucionarías de protección’ para Yoel Suárez y de manera grupal a los miembros del Movimento San Isidro.
A pesar de todo, estos tres hombres y cientos más no están retrocediendo. Al contrario, tanto en la comunidad artística y más ampliamente dentro de la sociedad civil independiente cubana, miles de hombres y mujeres están siendo inspirados en algunos casos por su propia fe, y en muchos más apoyados por la fe de otros. Juntos continúan resistiendo los intentos del gobierno por controlar sus pensamientos y creencias, y las expresiones resultantes de estos pensamientos y creencias.
La dura reacción del gobierno hacia estas protestas, irónicamente le está permitiendo ver a sus víctimas, cuánto los represores le temen a esta poderosa combinación. Al intentar meter su mano dura en el corazón mismo de su pueblo, el Partido Comunista de Cuba podría, de hecho, estar derribando el mismo muro de miedo que ha construido y lo ha sostenido por tanto tiempo.
Por Anna-Lee Stangl, Jefe de Abogacía de CSW
[1] Poco después de estos incidentes, el Sr. Otero Alcántara fue internado a la fuerza en un hospital. Fue liberado de la detención hospitalaria el 31 de mayo.