En Cuba aún el COVID-19 no podía parar las violaciones graves de la libertad de religión o creencia

En 2020 la pandemia de COVID-19 hacía que la mayoría de los países del mundo se suspendiera al menos algunas actividades religiosas comunales. Cuba no fue una excepción. Para varios meses, grupos religiosos no podía reunir en espacios públicos o en los casa-cultos, y el movimiento de protesta Damas de Blanco suspendió sus marchas semanales después de la Misa Dominical.

Estas restricciones sobre algunos aspectos del derecho a la libertad de religión o creencia (LdRC) son permitidas bajo el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), siempre que sean “prescritas por la ley que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos, o los derechos y libertades fundamentales de los demás.” Sin embargo, lo que es particularmente preocupante en el caso de Cuba es que, todavía con las limitaciones severas en las actividades permitidas de grupos religiosos, las autoridades continuaban con violaciones rutinarias y sistémicas de LdRC dirigidas a tales grupos.

La situación continua crítica, y detectamos nuevas formas de hostigamiento sin precedentes

Elúltimo informe de CSW sobre la situación de LdRC en la isla halla que “a pesar del malestar social y la crisis económica durante una pandemia global sin precedente, el gobierno continúa atacando a los miembros del sector religioso y abusando los derechos humanos.”

En general, ejemplos de violaciones documentadas en 2020 son de acuerdo con los años previos: los líderes y adeptos religiosos, al igual que los que trabajan para defender LdRC, hacen frente a las amenazas regulares, el acoso, la intimidación, e incluso la detención arbitraria. Las propiedades de la iglesia están sujetas al vandalismo, las amenazas de cierre forzado y la demolición.

En un caso particularmente atroz el 30 octubre, las autoridades incumplieron en meses de negociaciones y demolieron una iglesia de las Asambleas de Dios en el distrito Abel Santamaría en Santiago de Cuba. La iglesia ha estado bajo amenaza desde 2015, y posteriormente las autoridades intentaban resionar al pastor de la iglesia, Faustino (Fausto) Palomo Cabrera, a firmar un acuerdo que decía que la demolición era legal.

La demolición de la iglesia de Abel Santamaría. Crédito: Adis Galán Leyva/Facebook

Una herramienta de represión nueva

Otra cuestión preocupante es que la pandemia no fue un impedimento parar la represión severa de LdRC del Partido Comunista de Cuba (PCC), sino que en algunos casos produjo otra herramienta que el gobierno podía explotar para legitimar sus acciones.

En una instancia, las autoridades detuvieron a un líder de una iglesia después de que su congregación celebró un servicio religioso en cumplimiento con las reglas para los servicios religiosos establecidas por el gobierno. El gobierno falsamente alegó que la reunión había excedido el número de personas permitidas en un servicio religioso, y posteriormente el pastor fue llevado a una prisión de máxima seguridad donde estuvo retenido porcinco días.

Los oficiales de seguridad del estado acusaban el líder de la iglesia de la ‘propagación de la epidemia’ y le amenazaron con una pena de cárcel de ocho años por pastorear una iglesia ‘ilegal.’ El pastor se negó a declararse culpable y fue juzgado el quinto día de su detención, y en ese momento un juez ordenó su liberación, pero emitió una multa arbitraria de 2,000 pesos cubanos (aproximadamente 75 USD.)

El gobierno también tomó medidas contra las iglesias que intentaran ayudar a la población. . Varias iglesias habían dedicado ministerios para la distribución de la comida y otras necesidades escasas entre sus comunidades, especialmente a adultos mayores en el grupo de alto riesgo por el COVID-19. La iniciativa se fue enfrentado con oposición intensa del gobierno; tenemos informes de suministros de alimentos confiscados y de los oficiales de aduanas bloqueando la ayuda humanitaria enviada de grupos religiosos extranjeros para distribución a través de grupos cristianos  en la isla.

No se puede prever el fin

Es claro que la pandemia de COVID-19 no ha proporcionado un respiro para los grupos religiosos por todo Cuba quienes han sufrido por mucho tiempo a manos del gobierno el cual trata de imponer la fidelidad total al estado y sus ideales. En lugar de eso el coronavirus ha exasperado una situación ya inestable en la isla. Por un lado, hay ciudadanos ordinarios sufriendo de la escasez crónica de la comida, la medicina y los suministros de higiene, y por la otra sufren de violaciones graves de derechos humanos.

El informe nuevo muestra el compromiso serio del CCP en mantener sus políticas represivas de derechos humanos, y no hay razón de creer que el fin potencial de la crisis del coronavirus traerá ningunas mejoras significantes en las vidas de los ciudadanos cubanos. Por lo tanto, la comunidad internacional debe tomar acción rápida para abordar la situación en Cuba, manteniendo un escrutinio intenso sobre la situación de derechos humanos en Cuba, y planteando casos y asuntos de preocupación sobre el gobierno de Cuba en cada oportunidad.

Por el oficial de asuntos públicos de CSW, Ellis Heasley

Haz clic aquí para leer el informe de CSW sobre la libertad de religión o creencia en Cuba (sólo disponible en inglés).

Even COVID-19 couldn’t halt Cuba’s severe violations of freedom of religion or belief

In most countries around the world, 2020 saw the suspension of at least some communal religious activities in response to the COVID-19 pandemic. Cuba was no exception. For several months, religious groups were unable to gather in public spaces and house churches, and the Ladies in White protest movement suspended their weekly marches after Sunday Mass.

Restrictions on aspects of the right to freedom of religion or belief (FoRB) such as these are permitted under Article 18 of the ICCPR, provided they are “prescribed by law and are necessary to protect public safety, order, health, or morals or the fundamental rights and freedoms of others.” However, what is particularly concerning in Cuba’s case is that, even with the permitted activities of religious groups severely curtailed, the authorities continued to target such groups with routine and systematic violations of FoRB.

Business as usual amid unprecedented circumstances

CSW’s latest report on the situation of FoRB on the island finds that “despite social unrest and economic crisis during an unprecedented global pandemic, the government continues to target members of the religious sector and abuse human rights.”

Continue reading “Even COVID-19 couldn’t halt Cuba’s severe violations of freedom of religion or belief”

Voces de Cuba: Alain Toledano Valiente

El apóstol Alain Toledano Valiente es un líder prominente en el Movimiento Apostólico en Cuba. También pastorea la Iglesia Emanuel en Santiago de Cuba con su esposa, Marilín Alayo Correa. Por más de dos décadas, han experimentado hostigamiento por parte de las autoridades cubanas.

En febrero del 2016, más de 200 líderes perteneciente a la denominación del Pastor Toledano fueron detenidos mientras las autoridades demolieron el edificio de la Iglesia Emanuel. El Pastor Toledano estaba fuera del país cuando la demolición ocurrió. Desde entonces ha sido frecuentemente impedido de viajar del país, sujetado a citaciones repetidas de la policía, y amenazado con el encarcelamiento en varias ocasiones.

En recientes meses, el Pastor Toledano y su familia ha continuado a experimentar acoso severo, a pesar de la pandemia COVID-19 y sus medidas relacionadas con el confinamiento.”

Continue reading “Voces de Cuba: Alain Toledano Valiente”

Will Lifting Sanctions improve Human Rights in Sudan?

The recent decision by the United States (US) to lift two decades of sanctions on Sudan has been welcomed by some international actors, but received criticism from human rights organisations, campaigners and Sudanese opposition politicians.

The significance of this achievement for the government of Sudan cannot be understated.

Sudan has invested heavily in efforts towards the lifting of sanctions, including bringing the African Union on board and supporting the appointment of the UN Special Rapporteur on the negative impact of the unilateral coercive measures on the enjoyment of human rights. The mandate holder is tasked with investigating the human rights impact of economic measures applied by one State to change policy of another State. After the creation of the role, the Special Rapporteur’s first visit was Sudan, where he advocated for the lifting of US sanctions.

Continue reading “Will Lifting Sanctions improve Human Rights in Sudan?”

In Depth: The Process of Church Confiscations in Cuba

Update: In May 2017 CSW received further information on the status of the AoG churches. Please read the latest information here.


In August 2016, CSW’s latest report on Freedom of Religion or Belief (FoRB) in Cuba detailed FoRB violations including the destruction of church property, arbitrary detention and harassment of religious leaders, and the demolition and confiscation of church buildings.

There has been some misreporting in the media about the situation concerning churches belonging to the Assemblies of God (AoG) denomination, in particular the situation regarding 1,400 AoG churches that are in the process of being expropriated by the government; 100 of which are under threat of demolition.

As CSW’s report explains, between January and July 2016 there was a continuation of serious FoRB violations in Cuba: “In line with previous years, these religious freedom violations are predominantly carried out by Cuban government officials and the Office of Religious Affairs (the ORA), and take place in many regions throughout the island.”

Continue reading “In Depth: The Process of Church Confiscations in Cuba”