El 4 de abril, Maribel Silva, Isaíd Gómez y el tío de este, Carlos Valero, se dirigieron a acudir a una reunioón solicitada por un grupo armado ilegal que opera en el Municipio de Calamar, Departamento de Guaviare, Colombia. Al día siguiente, James Caicedo, Jesús Valero, Maryuri Hernández, Nixon Peñalosa y Óscar García hicieron lo mismo.
Tras no regresar a sus hogares en el paraje de Agua Bonita, en Pueblo Seco, sus familiares contactaron a representantes del grupo armado ilegal que había emitido las citaciones, pero ellos negaron haberlas emitido. Posteriormente, se advirtió indirectamente a los familiares que debían dejar de buscar a sus seres queridos y «considerar el caso cerrado».
Así, sus familias quedaron en el limbo, sumidas en la terrible incertidumbre de lo que les habría ocurrido, preguntándose si debían permanecer allí, aferrándose a la esperanza de que sus familiares regresaran a casa, o huir de la región por temor a represalias y por la seguridad y protección de la vida de los hijos y padres de las personas desaparecidas. Esas mismas ocho personas y sus familias se habían reubicado y establecido en Guaviare tras ser desplazadas del Departamento de Arauca debido a la violencia y las graves violaciones a la libertad de religión o de creencias, incluyendo el cierre de iglesias y los ataques contra pastores protestantes, por parte de grupos armados y criminales ilegales durante la última década.
Continue reading “A pesar de las promesas del Gobierno, la «Paz Total» sigue siendo una utopía en Colombia”